sábado, 18 de junio de 2011

Capítulo dos.

Tardé 15 minutos en llegar a casa. Por el camino me conseguía aguantar las ganas de ir al lavabo; pero mientras subía en el ascensor, ya no aguantaba más, así que cogí las llaves, abrí la puerta rápidamente, tiré las cosas y fui al lavabo corriendo. Cuando salí del lavabo, saludé a mi madre, disculpándome por no haber saludado en cuanto entré por la puerta. Notaba rara a mi madre, le pregunté si le pasaba algo, me enseñó un folio.
-¿Qué es esto, mamá?-pregunté atemorizado por la cara que tenía.
-Míralo-respondió bastante enfadada.
Lo miré; ya entendía su enfado, eran las notas. Había suspendido cinco asignaturas: matemáticas, supongo que será por el examen de hoy; física y química, historia, ingles, y francés. Hay una sola cosa que no entiendo en estas notas, la nota de francés; me portaba super bien en clase, a excepción de los días que no tenía ganas de hacer nada, aprobaba todos los exámenes y demás. Bueno, daba igual: sería fácil recuperar la asignatura, supongo.
-¿Qué, te parece bonito?-preguntó mamá con tono burlón.
-Pues...-dije en voz bajita, atemorizado por si me echaba la bronca.
-Mira, no te castigo sin ir al campamento porque ya está pagado y no me devuelven el dinero, pero quiero en en lo que queda de mes me intentes avanzar la mayoría de las materias suspendidas, ¿me has entendido?
-Sí, mamá...-le respondí con la cabeza agachada.
Esa misma tarde, después de comer, fui a la librería a comprar las libretas de actividades. Estuve toda la tarde haciendo deberes de física y química, y francés. Lo bueno es que acabé lo de frances, ya que para mí es fácil porque es mi lengua preferida, por eso no entiendo el suspenso, pero da igual, solamente tendré que que entregar el cuadernillo y ya estaré aprobado.
-¡Adrián, a cenar!-chilló mamá.
-¡Ya voy!-respondí.
Bajé a cenar. En la mesa, estaba solamente mi madre, como de costumbre. Mi padre nos abandonó cuando yo tenía solamente dos años; ahora, a mis catorce años no recuerdo nada de él, sobre todo por el poco tiempo que hemos estado juntos. Solamente recuerdo su nombre, Joan.
-¿Te gustan los macarrones?-preguntó mamá con tono suave desde la ultima vez que la escuché.
-Sí,...están ricos-contesté.
Acabamos de cenar. Yo recogí la mesa y mamá lavó los patos. Le di un beso, le deseé buenas noches, me fui a mi habitación y me conecté a Internet.
Estaba Natalia conectada, así que me dispuse a hablarle.
-¡Hola, Nata!
-Hey, ¿qué tal?
-Bien, ¿y tú?
-Bien, me alegro.
-Yo también, ¿qué tal las notas?
-Bien,...bueno,...he suspendido dos, ¿y tú?
-Cinco, ¿cuales has suspendido?
-Biología y matemáticas, ¿y tú?
-Matemáticas, física y química, historia, ingles y frances.
-Dios, son muchas, ¿no crees?
-Ya, bueno. Oye, lo siento, pero me tengo que ir a dormir. Mañana hablamos, que descanses.
-Vale, mañana hablamos, duerme bien.
A los cinco minutos me fui a dormir, eran las 00:15, tenía sueño así que me puse el pijama y me metí en la cama. Estuve más de media hora pensando en qué podría hacer mañana, a lo mejor empezaba lo de matemáticas e ingles. Lo bueno, es que de historia solamente tendría que hacer un examen así que estudiaría la semana antes. Pasaron diez minutos más y me quedé dormido.

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