miércoles, 22 de junio de 2011

Capítulo siete.

Salimos de la playa todos juntos, la mayoría se iba en coche o en bus, menos algunos que iban andando, entre ellos Sofía y yo, lo único que cada uno se iba por un camino distinto. Estuvimos más de diez minutos hablando todos juntos. Cuando nos despedimos, Sofía y yo fuimos por nuestro camino.
Por el camino hablamos de experiencias amorosas. Ella me contó que hace poco estuvo saliendo con un chaval de diecisiete años, pero que le dejó no hace mucho porque él lo único que quería era "echar un pinchito", como bien diría una amiga suya.
-¿Y porqué lo dejasteis?-pregunté.
-Pues porque yo no quería perder la virginidad con él.
-¿Y ya la has perdido, o aún no?
-No,... estoy esperando al chico perfecto, pero de momento no ha aparecido. ¿Y tú, la has perdido?
-No,... aún no,... se puede decir que yo soy un poco más tranquilo comparado con los demás.
-¿Los demás?-preguntó mientras habría los ojos como platos.
-Sí,... como algunos de mi clase, que son muy directos.
-¿Y tú no?
-No.
-¿Por qué?
-Por que a mí me gusta ir poco a poco, disfrutando los bellos momentos, sin prisas.
-Ah,... a mí también me gusta disfrutar de aquellos momentos e ir poco a poco-dijo, en forma de indirecta.
-Ya,... es más bonito.
-Pues sí. Oye, ya hemos llegado a mi casa...
-Ah, vale, pues ya nos veremos, cuídate.
-Y tú también.
Se dio media vuelta y se quedó parada. Se giró mientras miraba como me alejaba. Vino corriendo hacia mí. Me agarró del brazo, me giró y me besó. Era un beso tierno, suave, lleno de pasión, un poco salado por la sal de la playa, pero era maravilloso. Sus labios carnosos hacían que sintieras la pasión que ella sentía y supongo que la mía también. Después alejó sus labios carnosos de los mios, me abrazó y me susurró al oído: "lo siento", yo le respondí: "no pasa nada". Me la aparté del cuello y la volví a besar. Esta vez, el beso era con más pasión aún. Nuestros labios se dejaban llevar por la emoción. Abrí el ojo derecho para ver si alguien nos estaba mirando, pero no había nadie. Solamente nosotros dos y toda la pasión que nos envolvía en aquel momento. Solamente espero una cosa: que nunca jamás se me olvide este maravilloso momento.

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