domingo, 19 de junio de 2011

Capítulo tres.

Ya era por la mañana, eran las 12:30. Aún tenía sueño, pero no conseguía volver a dormir, además tenía que ponerme a hacer deberes. A los diez minutos me dispuse a levantarme de la cama. Antes de ir a desayunar, fui al baño. Cuando salí del baño no escuchaba ruido alguno, busqué por todas partes a mi madre, pero no la conseguía encontrar. En cuanto me cansé fui a la cocina a prepararme mi bol de leche con cereales, como todas las mañanas. Cuando entré en la cocina ví una nota que ponía: "Adri, he ido a hacer la compra y a dar una vuelta con la vecina, volveré por la tarde, tienes pollo en la nevera si quieres, si no te puedes hacer pasta. Un beso, mamá."
En cuanto dejé de leer la nota fui a hacerme el desayuno rápidamente. Cuando acabé me fui al salón, encendí el televisor y me puse a hacer zapping. No echaban nada interesante, solamente culebrones, programas del corazón y poca cosa más. Puse música y decidí acabarme el desayuno. En cuanto me lo acabé fui a la cocina, dejé los platos en el lavavajillas. Lo encendí ya que estaba lleno. Fui a mi habitación y me dispuse a hacer debreres de ingles. Encendí el ordenador para poder utilizar el traductor. Me empecé a mirar el primer ejercicio, era sencillo, solamente tenía que juntar las frases.
Pasó media hora, me aburria de tanto hacer debreres, así que me dio por ponerme a mirar los demás ejercicios del libro. Cuando llegué al final, había un apartado que ponía: "ejercicios resueltos". Cogí ese apartado y lo copié entero, tardé una hora y media en acabar todo el cuadernillo. Cuando acabé eran las 15:00, tenía hambre y, al ver que mamá no llegaba, empecé a hacer mi comida.
Cogí una olla, la llené de agua hasta el medio, le eché las especias y lo puse a calentar. Cuando ya empezó a hervir eché los macarrones. En cuanto acabaron, eché tomate a los macarrones y me fui al salón a comer. Encendí la tele y me quedé en el primer canal que salió.
En cuanto acabé de comer, dejé los platos en la cocina y volví a mi habitación. Cogí el portatil y me conecté a Internet. A primera vista no había nadie interesante conectado. Seguí bajando la página de los contactos. Al fin encontré a alguien. Estaba conectado Martín. Le comencé a hablar. Haber que me cuenta, pensé.
-Hola, Martín.
-Hola, ¿qué tal?
-Bien, ¿y tú?
-Bien, esperando a que sea esta noche.
-¿Y eso?
-Pues que hoy hay fiesta, ¿no te lo han dicho?
-No... fiesta, ¿por qué?
-Pues porque el próximo fin de semana se va Nerea de viaje durante todo el verano, ¿no lo sabías?
-Pues no,... he estado un poco ocupado con los deberes y tal...
-Ah... pues ¿te vienes?
-No sé, ¿a qué hora es y dónde?
-Hemos quedado a las 21:30 en el parque de siempre.
-Ah, vale, pues se lo dire a mi madre y ya si eso te digo algo después, ¿estarás conectado?
-Si, supongo que si, pero que no sea muy tarde, vaya a ser que me encuentres duchandome, jajajaja.
-Vale, tranquilo, jajaja. Oye, me voy a seguir con los deberes, después te llamo.
-Venga, vale, después hablamos, cuídate, tío.
-Igualmente.

Miré una última cosa, me desconecté y empecé a buscar los cuadernillos. No encontraba el cuadernillo de física y química, así que hice matemáticas. Los ejercicios principales eran facilitos, pero en cuanto llegué al apartado tres se me complicaron los ejercicios. Los ejercicios eran de funciones, eran fáciles pero yo no los entendía muy bien, así que me cansé de pensar y me puse a hacer otra cosa más interesante. Me quedé en la silla sentado, mirando a mi alrededor. Ya está, leeré un libro, pero...¿cuál? Miré en la estantería, pero no había ninguno que me intrigase.  Me dispuse a buscar el cuadernillo de física y química, a ver si lo encontraba y adelantaba un poco. Me tiré más de media hora buscándolo, pero al fin lo encontré. Me volví a sentar en la silla y me puse a hacer deberes. Pasaron veinte minutos hasta que escuché la puerta. Era mamá.
-¿Hay alguien?-preguntó.
-Sí, estoy en la habitación-contesté.
Mamá subió por las escaleras, me dio un beso y se sentó en la cama, comenzandome a preguntar cosas.
-¿Qué has hecho hoy, hijo?
-Pues deberes, mamá.
-Así me gusta.
-Oye, mamá, te tengo que pedir una cosa...
-Dime.
-Hoy van a hacer una fiesta mis amigos para despedir a Nerea, que se va la semana que viene todo el verano fuera, y quería decirte...¿puedo ir?
-¿A qué hora habéis quedado?
-A las 21:30.
-¿Dónde?
-En el parque que está al lado de la parada de buses.
-Bueno, vale, pero te quiero a las doce como mucho en casa.
-Vale, gracias.
-Voy a recoger lo que he comprado.
-Vale, adiós.
¡Qué bien!, me deja ir. Voy a ver si está Martín conectado. Busco a ver si está,... no está,... voy a llamarle.
-Hola, ¿está Martín en casa?
-Sí, un momento.
Era la madre, iba a buscarle. Desde donde estaba el teléfono se les escuchaba hablar. La madre tiene una voz suave y delicada. Parece simpática. Nunca la he conocido en persona, pero no me importa. Yo llegaba Martín.
-¿Sí...?
-Hola, Martín, soy Adrián.
-Hey, ¿qué pasa, Adri?
-Pues aquí, aburridillo. Oye, te llamaba para decirte que sí que voy a la fiesta.
-Genial, pues ponte guapo y a las 21:30 allí.
-Vale, allí nos vemos, adiós.
-Adiós, tío.

Eran las 19:45, no sabía que hacer, así que preparé las cosas para irme a duchar. Comenzé a elegir la ropa que me iba a poner. Decidí ponerme unos pantalones blancos, una camisa negra y unos zapatos cómodos negros. Cogí los primeros boxers que encontré y me fui a la ducha. Como tenía tiempo, decidí ir lento. Tardé más de media hora en salir. En cuanto salí eran las 20:35, me puse los zapatos negros, cogí dinero, el móvil y las llaves. Le dí un beso a mamá y salí de casa, camino del parque.

No hay comentarios:

Publicar un comentario