jueves, 23 de junio de 2011

Capítulo nueve.

Era por la mañana, no había dormido nada absolutamente, me tiré toda la noche pensando en lo sucedido. Tenía que estar en el campamento a las 10:00, así que me levanté de la cama, cogí la ropa que había preparado el día anterior para vestirme hoy y me fui directo al baño a ducharme. Cuando acabé de ducharme, ya eran las 8:30, fui a la habitación y me vestí. Después de vestirme, fui a despertar a mamá. Se levantó y me hizo el desayuno mientras yo bajaba la maleta a la puerta para después no tener que bajarla con prisas. Desayunamos callados, debido a que cada uno tenía sueño, lo único que yo no tenía mucho sueño, ya que me tiré toda la noche despierto y me sentía con mucha energía. Terminamos de desayunar y yo me fui a lavarme los dientes y peinarme. Terminé de peinarme y lavarme los dientes, cogí el móvil, miré si mamá ya estaba lista para salir y fui abajo. Al cabo de cinco minutos, ya habíamos salido de casa. Llegamos al campamento cinco minutos antes y todos estaban allí. Los monitores miraban a los niños y comentaban alguna cosa, supongo que dirían que esperan que seamos buenos o algo por el estilo. Yo miraba a la gente con la que tenía que ir, parecían simpáticos, lo que veía que con algunos tenía que tener cuidado con las palabras que utilizaba porque tenían cara de mala leche. Comenzamos a sentarnos en las sillas y mesas que habían. Yo estaba sentado en una mesa, con mi madre debajo mía. Comenzó a hablar el coordinador del campamento. A los diez minutos apareció una chica guapísima disculpándose por llegar tarde. Iba con su madre. La madre también era guapa, así que supongo que la hija salió a la madre en la belleza. Cuando acabaron de hablar todos los monitores, los padres se fueron, pero primero se despidieron de sus hijos, la mayoría de los padres decían: "Llámame cada día por la noche y me cuentas todo lo que has hecho". Empezaron haciendo un juego. Todos teníamos que decir nuestro nombre, seguido de nuestra edad y decir el por qué habíamos ido a ese campamento. Comenzaron por la derecha. Cuando me tocó a mí me puse un poco nervioso, pero rápidamente dije: "Me llamo Adrián, tengo catorce años para quince y vine a este campamento porque mi madre no quería dejarme en casa todos los días durmiendo hasta la una o dos". Todos se rieron y muchos asintieron. Me preguntaron también cuando los cumplía. Yo respondí: "El nueve de septiembre". Dos turnos después, le tocó a la chica tan guapa que llegó tarde. "Me llamo Melinda, tengo catorce años para quince y vine a este campamento para pasármelo bien y divertirme conociendo gente nueva". Su voz era muy dulce, suave y tranquilizadora. Su pelo era castaño claro, depende del sol parecía rubio. Sus ojos eran grandes y muy expresivos, eran azules, pero un azul claro como el azul del cielo. Sus labios eran finos pero carnosos. Iba vestida con una camiseta de tirantes blanca, unos shorts negros y unas chanclas blancas. Cuando acabamos todos de hablar,los monitores se fueron a preparar la gimcana y nos dejaron solos. Todos se fueron con la gente que conocían, pero se ve que Melinda y yo no conocíamos a nadie, así que fui a hablar con ella.
-Hola, yo soy Adri. ¿Qué tal?
-Melinda, bien, ¿y tú?
-Bien, veo que de aquí no conoces a nadie.
-No,... bueno,... sí conozco a un par de chicas, pero solo de vista, nunca me he parado a hablar con ellas. ¿Y tú?
-Pues no,... la verdad es que no conozco a nadie ahora mismo, bueno, te estoy conociendo a ti.
-Jajaja, pues encantada, yo también te estoy conociendo por lo que veo.
-Jajaja, sí, ¿y qué te parezco?
-Muy simpático y gracioso. Y guapo-dijo sonrojada.
-Muchas gracias, tú también eres muy guapa y no lo digo por decir.
Estuvimos hablando hasta la hora de cenar. Nos dieron de cenar una de esas hamburguesas que dan en los campamentos, que en verdad es la carne y unas patatas crudas pero deliciosas. Después de cenar, los monitores nos llevaron a la "cabaña" donde nos reunimos al principio del día. Fuimos todos detrás de ellos. Cuando llegamos, nos explicaron un juego, tenía pinta de ser divertido, pero era en parejas, así que le propuse a Melinda si quería ir conmigo.
-¿Quieres ir conmigo, Melinda?
-Vale. Por cierto, me puedes llamar Mel, es como me llaman todas mis amigas.
-De acuerdo Mel, a mí me puedes llamar Adri, es como me llama todo el mundo.
Mel asintió con la cabeza y comenzamos a hacer el juego. La primera prueba era de buscar objetos que estaban escondidos por el lugar. Había que encontrar un monedero, un recipiente cuadrado de perfume, una pelota de plástico, una caja de chicles y una radio pequeña. Mel y yo no nos separábamos, debido por la oscuridad y que si nos llegábamos a separar a lo mejor nos perderíamos, no queríamos separarnos. Lo encontramos todo antes que los demás, así que ganamos la prueba. Mel y yo, cuando nos dijeron que la habíamos ganado, de la emoción, nos abrazamos.
-Perdón-dijo Mel.
-No pasa nada, no tienes que pedirme perdón, no has hecho nada-le dije yo para que no se sintiera mal.
-Si,... si que lo he hecho: te he abrazado.
-Pero no pienses eso, un abrazo es una muestra de cariño normal, es como si yo ahora mismo cojo a alguna de las personas que está presente y le abrazo. No pasa nada-dije yo con tono irónico.
-Bueno,...no sé...
-Venga, déjalo.
Cuando por fin la convencí de que no pasaba nada, empezamos a jugar a otro juego. Pero el otro fue más aburrido y no ganamos. Cuando acabamos el segundo juego ya eran las doce, la hora máxima de toque. Así que los monitores nos mandaron a dormir. Las chicas se fueron para su cabaña y los chicos para la suya. Yo, cuando fui para la cabaña, no sabía que hacer, no conocía a nadie, pero pronto me comenzó a hablar un chaval que parecía bastante simpático.
-Hola, yo soy Alberto, ¿y tú como te llamas?
-Hola, yo soy Adri, encantado.
-Igualmente. He visto que de aquí no conoces a nadie, bueno si a esa chica tan guapa con la que estabas hablando, Melinda creo que se llamaba, ¿no?
-Sí, se llama Melinda, pero no la conocía de antes, la acabo de conocer hoy, porque veía que ninguno de los dos hablaba con nadie y, mira, aproveché.
-Ah,... pues mira, ya que dices que no conoces a nadie del campamento, yo te presento a algunos.
Entramos en la cabaña, estaba llena de chicos riendo, bailando, cantando, divirtiéndose mucho, por lo que se veía. Cuando abrimos la puerta, todos los chicos se nos quedaron mirando. Y Alberto empezó a hablar.
-Chicos, este es Adri, saludar, ¿no?
-Hola, Adri- dijeron todos a unísono.
-Mira, estos de aquí que están escuchando música son: Alex, Alvaro, Andrés y Axel. Anda, mira, los cuatro ases, jajaja-dijo señalándolos y riéndose a la vez.
-Encantado.
-Aquellos de allí que están bailando son: Fer, Héctor, Hugo, Luis y Juan.
-Ajam, ¡hola!
-Y los que quedan por allí son: Marcos, Matías y Sergio.
-Encantado.
-Igualmente-dijeron los que me escuchaban.
Empezaron a venir los monitores para decirnos que ya nos deberíamos de ir a dormir. Todos empezaron a quitarse la camiseta y el pantalón, la mayoría durmieron en boxers, y algunos con camisetas y otros sin ella. Yo, dormí con boxers y una camiseta por si a lo mejor tenía un poco de frío. Comenzamos a hablar un poco, hasta que volvió a pasar un monitor y nos dijo que nos callásemos. Entonces todos nos callamos y nos fuimos a dormir.

2 comentarios:

  1. si los tios fuesen cmo tú,mel y yo escribimos,todos acaban resfriados de dormir en ropa interior xdd

    ResponderEliminar
  2. jajajajajajajajajjajaja
    Esk asi son mas sexys(H)

    ResponderEliminar